Presentamos este espacio para compartir las diversas expresiones generadas a partir de la publicación de este libro, que ya no sólo pertenece a la autora sino a familias y entidades en Argentina y el mundo, que durante el siglo XX estuvieron ligadas al antifascismo, al Idisher Cultur Farband (ICUF), al comunismo, al judaísmo laico y a la pedagogía como práctica emancipadora. Los invitamos a ser parte activa de este blog porque creemos que las construcciones colectivas son las que valen la pena.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Quinta presentación: Centro Cultural Israelita de Mendoza (5 de noviembre de 2015).


El encuentro contó con la participación de Leonor Sclar y Mario Roitman. Myriam Belfer emocionó al público con su presentación musical.





Presentación musical de Myriam Belfer:






Quinta presentación de Argentinos, Judíos y Camaradas tras la utopía socialista (Buenos Aires, Biblos, 2015), Centro Cultural Israelita de Mendoza, 5 de noviembre de 2015.
Presentación de Mario Roitman:
Muchas Gracias, Nerina,  por este hermoso libro que refleja gran parte de nuestra Historia Institucional.
 De su lectura (admiramos tu gran poder de síntesis), van apareciendo, mágicamente, como en un baúl de  los recuerdos, los acontecimientos que fueron hilvanando la  formación de lo que hoy es el centro Cultural Israelita de Mendoza.
Los inmigrantes, los judíos expulsados por los progroms, el hambre y la miseria, vinieron a nuestra querida Argentina  trayendo, además del deseo de mejorar sus vidas, todo su bagaje cultural, ideológico y sus tradiciones.
La segunda Guerra Mundial, el papel de la URSS, los nazis, el peronismo y la creación del Estado de Israel, van desfilando en tu libro, mostrando el escenario que les tocó vivir a nuestros padres, a nuestros entrañables amigos, nuestros camaradas, que tuvieron el coraje y la necesidad de fundar esta Institución.
Para ellos nuestro homenaje, por haber interpretado el rol  que tenía la parte progresista de la Colectividad judía, en ese devenir  histórico del momento
No sólo por la necesidad de tener un lugar donde poder expresar sus ideas, sino también por las ganas de juntarse a leer, a hacer teatro, a bailar, a jugar al dominó y al ajedrez, que traían en sus valijas y por qué no, nuestro pícaro truco, nuestro tango sensual y arrabalero  y los libros de los grandes  como Tolstoi, Sholem Aleijem  y Peretz, mezclados con nuestros Borges, Cortázar y luego  Tejada Gómez,  María Elena Walsh  y Antonio Di Benedetto.
A partir de allí, nuestro CCI, fue un baluarte en Mendoza de la cultura, de las artes, de la lucha por la paz, la defensa a ultranza de los Derechos Humanos, contra la discriminación  de todo tipo, para que nuestro pueblo tenga una vida digna de ser vivida.
La inserción en el medio de la cuarta de "fierro", hizo que participaran cientos de niños en las distintas actividades. Nuestro Centro, un lugar de encuentro y participación imprescindible para  escritores, artistas, deportistas, músicos, que transitaron permanentemente por nuestro club.
Quiero hacer especial hincapié, en  el desprendimiento, el entender el rol comunitario de los fundadores, que ante cualquier situación, colaboraban con TODO lo que tenían para concretar los sueños  y hacerlos realidad.
Gracias a esto, fue posible tener hoy este hermoso  sitio, el primer Camping de Bermejo, luego el de Rodeo de la Cruz, que hoy se transformó en esta hermosa Sala Ana Frank.
También  participaron en la formación de Cooperativas de crédito, vitivinícolas, viviendas, farmacéuticas y trabajaron activamente en la formación de la Asociación Israelita de Crédito Mendoza, piedra basal de lo que hoy es el banco Credicoop.
En esta participación, siempre estuvieron presentes las inquietudes culturales  y sus raíces, siendo el Mural de Calle Barcala 25, un ícono de los Murales de nuestro país y uno de los primeros de Mendoza, donde los artistas plásticos convocados, reflejaron la historia de los inmigrantes, sus sueños y a nuestro escritor I.L.Peretz, entre ellos Mario Vicente, Luis Rosas, José Bermúdez y Jorge Gnecco.
Es un gran objetivo para nosotros hoy, gestionar para que este Mural sea declarado patrimonio Cultural y pueda ser trasladado a nuestra Institución.
Necesitamos de vuestro apoyo para que entre todos logremos concretar esta idea.
Luego,  la actualidad nos planteó el desafío de transformarnos, siendo los mismos  potenciando ideas  y objetivos. Algunos los hemos logrado, otros estamos en la búsqueda de conseguirlos. 
Creemos que es importante que nuestra Institución siga vigente, es nuestra  convicción continuar con el camino trazado por nuestros fundadores, fortalecer  los lazos con los sectores democráticos y progresistas de nuestro medio y hacer conocer más la voz de nuestra colectividad.
Ayudar a que nuestro Kinder Club, sea el pilar de la educación no formal y recreativa, pilar de la formación de miles de niños, adolescentes y jóvenes. 
Seguir siendo un baluarte en la lucha por la Paz en Medio Oriente, buscando soluciones pacíficas a los conflictos.
Por todo esto aprovechamos esta valiosa concurrencia, para invitarlos a que se acerquen, que aporten sus propuestas e intereses, para que ENTRE TODOS podamos cumplir este HERMOSO sueño que plantea Nerina en su libro:
De mantener los ideales, trabajando solidariamente.
Muchas Gracias.



Presentación de Leonor Sclar:
Cuando Nerina vino en 2009 a Mendoza buscando testimonios, historias de inmigrantes, fundadores de nuestra institución, transmitía una pasión, una emoción y un entusiasmo contagioso, entrevistó a  socios que podían aportar sobre nuestra historia, entre ellos a los compañeros  Mario Bromberg y Paula Sinay, hija del dirigente del Icuf, Rubén Sinay. Buscó en nuestra historia, tejiendo los hilos comunes de este entramado maravilloso, que son nuestras instituciones con sus historias, sus similitudes y diferencias.
“Cada uno de los encuentros me enriqueció muchísimo, nos escribió  a su vuelta y como les dije, espero hacia la segunda mitad del año regalarles en palabras algunos reflejos de esas historias de vida y militancia tan apasionada.                                                               
 “Cuán importantes eran los estudios y trabajos de la generación icufista de los años cincuenta y sesenta. Ojalá mis intentos por darle un lugar académico a nuestra experiencia institucional crezcan....hay tanto trabajo por hacer!!!” enfatizó!
Y lo logró!  Hoy nuestra, compañera del movimiento icufista, ya Doctora en historia, investigadora y docente,  presenta en Mendoza, éste, su primer libro.
Luego de diez años de búsqueda y trabajo incesante, de bucear en las distintas realidades con las que se encontraba en cada institución, de los diversos testimonios,  de estudio y  reflexiones, a las que dedicó tantas horas, logra transmitirnos en este libro conocimientos muy esclarecedores, con enfoques que abarcan desde la particularidad de la colectividad, hasta la historia argentina, el contexto mundial y su incidencia en la vida institucional.
 Acota su estudio desde la formación del Icuf en París en 1937, hasta el 9°Congreso realizado en Bs.As. en 1968.-
Nos genera a la vez, emociones, recuerdos, entrelazando la historia de la educación argentina, el momento histórico que se vivía, con el desarrollo de nuestro movimiento.
Nos ubica en el contexto que encontraron los inmigrantes cuando llegaron a la Argentina, aquellos fundadores, que con sus concepciones,  idealistas, progresistas con ideas de izquierda y voluntad de agruparse, crearon instituciones, escuelas, sinagogas, bibliotecas, cooperativas y participaron en los sindicatos y luchas obreras.
El historiador Fernando Devoto quien prologa el libro, escribe:
Inmigrantes judíos llegaron de distintos lugares y en diferentes momentos a la Argentina. Algunos traían consigo una cultura de izquierda de distintas vertientes; otros, o sus hijos, la adquirieron aquí. Intentaron preservar ese legado que era a la vez étnico, cultural, idiomático y político. Para hacerlo desarrollaron estrategias institucionales y educativas que encontraron resistencias, mayores o menores según los momentos, por parte de actores gubernamentales permeados de ideologías antisemitas y anticomunistas. Entre esas estrategias, desarrollaron un programa educativo complementario al de la enseñanza oficial, en ídish, con contenidos reformistas o revolucionarios y con una pedagogía nueva.
“Este libro habla del pasado argentino, del pasado de la izquierda argentina y desde ese lugar habla de la Argentina toda, de una Argentina compleja “Y la complejidad puede verse en esas escuelas judías, ¡qué diversidad! Desde las ortodoxas, las sionistas de izquierda, a las icufistas.
La experiencia del ICUF no era sólo ideológica o política, era una cultura en un ámbito de sociabilidad y Nerina nos lo recuerda. Las sociabilidades tienen una perdurabilidad que sobreviven a las idas y venidas de las modas ideológicas”,  concluye el historiador.
 “Nerina, en su obra, instala bien la idea de que es posible todavía hacer una cultura utópica, solidaria. Dice: “Lo que no debemos perder, desde mi perspectiva, es la idea utópica, de seguir transformando nuestras sociedades desde la solidaridad”.
Si es un objetivo cambiar el mundo, ir por las utopías -que para ellos era el socialismo, era y sigue siendo imprescindible combinar el rescate de lo mejor de la cultura universal y nacional, con la lucha social, reivindicativa y la lucha política,
 Hoy por hoy, hay que reconocer que podemos apreciar que hay una nueva generación de icufistas, que defendemos lo creado por aquellos fundadores y las generaciones que le siguieron y nos proponemos continuar con aquel legado, con las características actuales.-
En la primera parte, Nerina indaga en las primeras escuelas obreras judías, los antecedentes de las escuelas icufistas desde 1920 a 1937. Tres grupos ofrecían escuelas complementarias judías, los socialistas, los sionistas socialistas y los comunistas.
Luego se ocupa del tiempo de la 2° guerra mundial y la posguerra; la creación del Estado de Israel en1948 y las implicancias en las relaciones de la izquierda judía.
 Narra la Guerra Fría, la guerra de los seis días y los diversos focos de conflictos que se generan en el seno de la colectividad.
Destaca el rol de algunos dirigentes, entre ellos el de Rubén Sinay,  lo menciona como dirigente consecuente e idealista del movimiento icufista, a quien queremos rendir nuestro homenaje y reconocimiento en la persona de Paula, su hija.
En el final de la primera parte del libro, expone la matriz cultural y pedagógica  de las instituciones adheridas y las experiencias vanguardistas, la colonia Zumerland  entre quienes valoriza el rol del  director Pepe Paín.
 La segunda parte del libro, la dedica a un caso emblemático, el Peretz de Villa Lynch, llamada por los jóvenes “La capital del optimismo icufista”. Rescata figuras que fueron referentes, como las de la lererque  Leike Kogan y Tzalel Blitz, director de la escuela peretziana.
Hace un especial análisis del fenómeno de Villa Lynch, su desarrollo institucional a partir de los textiles de la zona, obreros, independientes y  algunos que llegaron a tener sus industrias y el aporte que hicieron a la construcción de la institución del Peretz de Villa Lynch, su complejo proceso de crecimiento y posterior deterioro.
Dice a modo de epílogo: En el movimiento icufista, confluyeron judíos de izquierda y educadores tras la utopía socialista.
La matriz cultural y pedagógica que desde las instituciones se expandió a otros espacios, fue la de una colectividad judía, que ante todo priorizó la formación de generaciones integrales y comprometidas con la sociedad argentina.
 Reconstruye la identidad icufista y desarrolla como las actividades pedagógicas y recreativas constituyeron un área prioritaria para el movimiento.
Al leer el libro, comprendemos con mayor profundidad el  por que del devenir de la historia de nuestro movimiento, el contexto histórico que se vivía en la Argentina, el desarrollo de la educación, el crecimiento de las escuelas idishes y su posterior cierre y las alternativas de vanguardia que surgen después..
Su enfoque profundo, crítico y autocrítico, entrelazando historias, vivencias, convicciones, que nos traen recuerdos de amistades incondicionales, de experiencias vividas en las escuelas, en encuentros juveniles,  los kínder clubes y la colonia Zumerland y a la vez el compromiso y la convicción de continuar con el legado de nuestros fundadores y los dirigentes y activos que a través de las distintas épocas sostuvieron las instituciones.
Así como tantos fundadores y compañeros de Mendoza, a quien hoy  recordamos y queremos rendir homenaje, me permito hacerlo en la figura de mi zeide, mi abuelo, Isaías Dolengiewich, uno de los fundadores del Centro Cultural Israelita de  Mendoza y de la Asociación Israelita de Crédito Mendoza.

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